Guaraní mostró leves indicios de recuperación, aunque errores de
concentración fueron determinantes para la derrota. For Ever lo superó
2-1 y continúa sólido como escolta
No era sencilla la empresa. Se juntaban varios factores: deportivos,
anímicos, psicológicos. Y todo este cóctel le salió adverso a Guaraní,
que cayó 2-1 con Chaco For Ever -como local- y ve que la clasificación
comienza a convertirse en una utopía.
Le costó a Guaraní mostrarse compacto. El medio no terminó de acomodarse
a pesar que los intérpretes tenían argumentos y por ello For Ever, poco
a poco, manejó los tiempos. David Romero y Tabaqui se adueñaron del
círculo central y el local empezó a desordenarse.
Sin el filtro del medio, hubo algunas dudas en la defensa y For Ever lo
aprovechó al máximo, como casi lo hizo Cortés con un remate cuando se
jugaban dos minutos. Este delantero luego asistió a Valenzuela, (a los
diez) quien en buena posición sacó un remate que trajo menos peligro de
lo que se preveía para Ponzio.
El local carecía de profundidad. Sólo Bichi López García, en cuentagotas, daba alguna esperanza con alguna diagonal.
El ingresado Strappini (por Andruszysyn, golpeado) desbordó a los 20 y
Bianchini le pegó de lleno por arriba. Pero For Ever tenía un par de
sorpresas. La primera llegó a los 25’, cuando Cortés recibió un pase en
profundidad y fue generoso, mano a mano con Ponzio le sirvió el gol a
Girón.
Guaraní debía reaccionar. Así lo entendió López García, quien limpió el
panorama a pura gambeta y asistió a Juárez, que le dio de cabeza a las
manos de Padua. De todas maneras las lagunas aparecieron nuevamente y
sobre los 30, De los Santos le cometió penal a Cortés (apareció en
soledad por derecha). La ejecución fue precisa por intermedio de Girón y
parecía que otra vez se venía la noche.
Los minutos finales del primer capítulo eran clave para que haya una
bisagra. Y la Franja, con una de sus armas en este torneo (el juego
aéreo) descontó con su artillero, el Pájaro Juárez, lo que abrió la
puerta para la recuperación.
Antes que se baje el telón de la parte inicial hubo tiempo para un
sinfín de rebotes en el área, los reclamos por un agarrón en el área a
Strappini y un bombazo de Larcher a la salida de un tiro libre bien
resuelto por Ponzio.
El complemento obligaba a rebelarse. Esta vez For Ever cedió la
iniciativa en su totalidad y comenzó a perder peso en ofensiva. Sin
embargo, la Franja no fue el torbellino que se esperaba. Le faltó abrir
la cancha y cuando el vallado se hacía más férreo sumar un jugador por
sorpresa.
Los encargados de generar juego también perdieron precisión. Y con ello,
los atacantes (Juárez, principalmente) quedaron presos de algún envío
aéreo.
La expulsión de Larcher después de una gresca con Strappini dejó el
escenario abierto para una sola historia: un equipo se defendía, el otro
intentaba atacar. Recién a los 36 de esa parte final, un tiro libre de
Juárez complicó a Padua pero en el rebote, Prono la mandó muy alto.
Jugado y con poco resto, Guaraní fue con las contadas ideas que le
quedaron y el escaso combustible. Una buena contra de For Ever terminó
con la definición de Cortés al travesaño. Hubiera sido el final. A pesar
de ello, el que festejó fue el visitante. Que hizo un gran negocio y
adquirió mayor poder como escolta. En Guaraní, hay aroma a despedida de
la clasificación.