El rumor tomaba cada vez más fuerza y fue el propio Ribeca quien
confirmó que dejará de ser el DT de Guaraní. “Me di cuenta que soy el
problema, esto no se revierte”, dijo
Nadie sabe quién brindará con mayor felicidad
para estas fiestas. Esto es, qué parte es la más beneficiada por el
desenlace de esta trama que arrancó pasada la segunda mitad del año.
La era Arsenio Ribeca en Guaraní llegó a su fin, esta vez de manera
definitiva, por lo poco (o mucho) que sucedió después de la partida del
DT hacia Santa Fe una vez concluida una parte de la fase regular del
Argentino B.
Con varios amagues de renuncia por parte del propio Pomelo Ribeca hace
varias semanas y el mismo número de intentos por acomodar las cosas para
continuar, esta vez el tema está resuelto. El técnico tomó nota de las
últimas cuestiones y ayer, decidió que ya no había margen para
continuar, más allá de su enemistad con el coordinador Osvaldo
Gutiérrez.
Arreglar las cosas no era nada sencillo a pesar de algunos intentos. Por
el lado de la gerenciadora, la medida estaba clara: Ribeca y Osvaldo
Gutiérrez primero debían resolver sus cuestiones personales. Aunque a la
hora de decidir qué rol ocupa cada uno, la definición fue tajante:
“Osvaldo Gutiérrez es la mano derecha de la gerenciadora”.
Ribeca fue claro, ayer, al confiar a El Territorio que “mi relación con
Gutiérrez no tiene solución”. Pero además cree que la gerenciadora y los
principales dirigentes hicieron todo lo posible para que no continúe.
En uno u otro lado, el técnico sabía de los movimientos de la
gerenciadora. Por eso reflexionó: “Me di cuenta que el problema soy yo.
Ya descubrí que no quieren que siga en el club”.
Después del último partido de la Franja (derrota ante Sarmiento), Ribeca
se mostró optimista para continuar. Sin embargo, en las horas
posteriores hubo rumores de que esto no podía suceder porque no hubo un
apoyo marcado y, además, restaba la opinión del gerenciador Roberto
Enríquez.
A Enríquez no le agradó que se mediatizaran esas cuestiones del club,
narradas por el técnico. Por eso, el coordinador Gutiérrez empezó a
manejar nuevas opciones (Salvador Ragusa, por ejemplo) para el segundo
semestre.
Entonces Ribeca empezó a pensar en la despedida en serio. Consultado por
este medio si la decisión podía revertirse, explicó: “Ya no, no se
revierte esto, traté de poner buena voluntad”.
Agregó que se presentará el 3 de enero para percibir sus haberes,
retirar sus pertenencias del departamento y despedirse de los jugadores.
El Territorio buscó contactar a los principales dirigentes, aunque no halló respuestas de los celulares.
Mientras, a mil kilómetros de la tierra colorada, el DT aseguraba que
esta vez la postura no tenía retorno. “Soy un paisano frontal”, resaltó
Pomelo, quien lentamente empezó a bajar la persiana a su era en Guaraní.