Toro Silva superó una lesión dura; volvió a la titularidad y ahora disfruta el hecho de decir presente en las finales. “Sacamos chapa, por todos estamos en este nivel”, dijo
Es uno de los mimados por los hinchas. La entrega es su carta de presentación, atributo que le valió para conquistar a quienes hoy se refriegan los ojos, como si no quisieran despertar de este momento, en el cual Guaraní se encuentra como finalista de una de las llaves, en la quinta fase del Argentino B.
Ariel Silva cuenta que está “descansando”, al lado de su inseparable sostén motivador, su hijo Uriel, el que “siempre sale a la cancha, le hago entrar (para la foto con la formación con el equipo)”, en lo que significa un ritual para el defensor, quien hoy busca enfriar la cabeza para luego meterse de lleno en lo que serán los duelos mano a mano con San Jorge de Tucumán, que le otorgará a uno de estos equipos el ascenso al Argentino A.
¿Cómo se vive este momento? “Imaginate, estamos con todas las ganas de salir a la cancha”, apuntó el Toro, aunque sabe que también hay que bajar la vorágine, “pero esperamos con tranquilidad, son 180 minutos”.
Pasó Juventud Unida de Gualeguaychú en los penales y ahora vendrá otro rival que quiere el mismo botín que la Franja. Será una serie equilibrada, dice Silva y cita un ejemplo. “For Ever perdió de local (con San Jorge) y después ganó y no le cobraron un penal; nunca se sabe, la serie nunca está cerrada. Tenemos que traer un buen resultado y hacer bien las cosas”.
Silva está en el club desde diciembre del 2006, cuando arribó de la mano del Chango Cravero. A partir de allí construyó un idilio con el público que hoy está afianzado, por lo que conseguir el ascenso sería la frutilla. “Tanto para nosotros como la gente que nos apoya, sería muy importante lograr un ascenso, y que la gente quede contenta. Creo que se merecen un ascenso, nos apoyan, nos acompañan, sé que ellos se sacrifican y ahora harán un esfuerzo”, resaltó.
Acerca de Guaraní fue gráfico: “Me gusta todo”, y luego fue más allá, “estamos muy bien, venimos levantando, como en el cuadrangular, mucho nos daban por muertos”.
Esa fase marcó un quiebre, donde en los dos últimos partidos Guaraní sacó chapa al vencer como visitante a For Ever y San Martín. “Te iba a decir lo mismo, ahí sacamos chapa, con los jugadores hablamos y dijimos que teníamos equipo, sabíamos que pasábamos el cuadrangular y teníamos chances mano a mano. Los titulares y también los suplentes, si no fuera por ellos no estaríamos en ese nivel”, explicó.
Sobre el grupo, el Toro utilizó otro ejemplo para sintetizar este buen pasar, como la inclusión de Darío Cardozo como titular. “Darío pateó un penal con una personalidad tremenda, lo quiero mucho y sabe que tiene mi apoyo dentro y fuera de la cancha. Si quedábamos afuera no nos íbamos a reprochar nada”, subrayó.
Acostumbrado a levantarse de las malas el defensor pasó un trago amargo con la última lesión, fractura de peroné, que lo mantuvo afuera un año y cuatro meses: “Los días los llevaba contados. Fue lucha, lucha, dolores, entrenar”, narró Silva.
“La familia, el apoyo de todos, ellos me tiran para adelante, por ahí había dicho que no quería volver a jugar y me hablaron todos y me dijeron que tenía que seguir. Le agradezco a la gente que apoyó en este momento. Trabajé, trabajé y gracias a Dios me toca jugar estas finales”, se entusiasmó.