27 años después de su último logro a nivel nacional, Guaraní se adueñó del Argentino B y vuelve a la tercera categoría tras 16 años
Ocho temporadas tuvieron que pasar, pero finalmente llegó el soñado ascenso al torneo Argentino A.
Después de la reestructuración del fútbol argentino en 2004, la Franja comenzó cada temporada siempre con el firme objetivo de subir, fiel a su historia.
En algunas ocasiones llegó a instancias decisivas, en otras redondeó campañas regulares y en alguna que otra hizo números que merecieron rápidamente archivarse. Pero nunca pudo cumplir con aquello que le pedía su gente y le obligaba la historia.
Ocho años después, en Villa Sarita y buena parte de Posadas al fin se produjo el desahogo.
¿Y ahora? Ahora se viene una categoría diferente, que exige otras obligaciones y genera nuevas motivaciones. Guaraní escaló al tercer peldaño del fútbol argentino, ese que antecede a la Primera B Nacional.
Y no todos lo recordarán, pero la Franja ya conoce lo que es jugar en el Argentino A. En el año 1995, cuando el fútbol nacional sufrió una reestructuración radical, Guaraní fue invitado a jugar la primera edición del entonces desconocido Argentino A, que reemplazó a los viejos regionales.
El equipo entonces dirigido por Juan Echecopar integró la zona Noreste del Argentino junto a los cordobeses de General Paz Juniors y Estudiantes de Río Cuarto, Chaco For Ever, San Martín de Formosa y los entrerrianos de Gimnasia de Concepción del Uruguay, Ferrocarril de Concordia y Patronato de Paraná.
Debutó el 24 de septiembre de 1995, en Resistencia, con un empate 0-0 ante For Ever, y una semana más tarde debutó con el pie derecho en Villa Sarita con un triunfo 2-0 frente a Gimnasia.
Aquel equipo terminó sexto entre los ocho equipos y quedó al margen de la ronda campeonato, con cuatro triunfos, seis derrotas y cuatro empates, y debió disputar la zona Permanencia. Sufrió hasta el último segundo en ese octogonal en el que los dos últimos jugaban en el grupo descenso, porque terminó nuevamente sexto, sólo tres puntos por encima de Villa Cubas.
En esa fase cosechó seis triunfos, tres empates y sufrió cinco derrotas. Su último partido fue en abril de 1996, cuando empató 1-1 con San Martín en Formosa. 16 años después volverá a sentir la adrenalina de jugar un torneo Argentino A.
• Como en los viejos tiempos: La cancha lució llena prácticamente. Desde muy temprano el público se acercó a Villa Sarita y empezaron los cánticos. La primera gran ovación se produjo cuando los jugadores salieron al calentamiento. Y la bienvenida antes del inicio del partido fue un show.
• Ingreso con tranquilidad: El acceso a la popular demandó una extensa fila hasta una hora y media antes del partido. A pesar de que el ingreso era pequeño, el público, más allá de su apuro, lo hizo con tranquilidad bajo la atenta mirada de la policía. Mientras se producía el acceso, algunas familias mateaban en la vereda como espectadores.
• Show de artificios: Antes y durante la salida de los equipos, hubo una fiesta con estruendos, luces y bengalas. La inversión para hacer ruido demandó 9 mil pesos.
• Recuerdo a Lino: Antes del encuentro se realizó un minuto de silencio en homenaja a Lino García, simpatizante genuino de Guaraní, quien falleció días atrás. Lino se lo merecía.