San Miguel de Tucumán (especial). El objetivo principal era no perder. Y se logró. Ahora las obligaciones cambiarán de vereda, pero también de escenario. El 0-0 de ayer frente a San Jorge de Tucumán, por el choque de ida de una de las finales del torneo Argentino B, dejó bien parado a Guaraní, que el próximo fin de semana, en Villa Sarita, tendrá la inmejorable oportunidad, después de 18 años, de lograr un ascenso a una categoría superior.
La Franja hizo un flojo papel en el primer tiempo, pero levantó en el complemento, emparejó las acciones y redondeó un buen punto afuera, que deberá capitalizar en casa para lograr el objetivo de subir al Argentino A.
De menor a mayor
Acostumbrado a darle prolijidad a la redonda en su reducto de Villa Sarita, el primer obstáculo de la Franja fue el mal estado de la cancha de Central Norte, donde San Jorge hace de local.
La circulación de juego que pregona Teglia se vio interrumpida en cada pique, y entonces los pelotazos empezaron a ser moneda corriente.
La vuelta de Bruno por Escobar Fretes sin dudas le quitó peso ofensivo al visitante, aunque le dio mayor velocidad al desarrollo lateral, y fue importante en el constante ida y vuelta que propuso el dueño de casa.
En un contexto desprolijo, sólo el Gusano García trató de enamorar al público con la pelota bajo la suela. Guaraní se mostró como un equipo displicente, donde claramente la idea era cederle las obligaciones al local e intentar lastimar de contra con la sociedad Barinaga-Bruno.
El mejor ejemplo de lo que buscaba la Franja fueron los interminables pum para arriba que no escatimaron en llevar a cabo los zagueros.
Claro que así las cosas, la pelota volvía rápidamente a la zona franjeada, por lo que había que volver a empezar.
En cuanto a situaciones, primero avisó García con un remate en el borde del área que pasó cerca del palo derecho; después, a los 34', Paz la agarró de volea, Cosentino adivinó la intención y en pleno vuelo se quedó con una apertura cantada. Y en la más clara, en el epílogo, el bombazo del Argañaraz tucumano se estrelló en la humanidad de Silva, que sobre la línea evitó lo inevitale. ¿Guaraní? Lo dicho: el objetivo era mantener el arco propio en cero.
San Jorge controló el juego rival con una línea de tres, y la liviandad del binomio ofensivo franjeado facilitó aún más las cosas. De todas maneras, el primer objetivo de mantener la paridad se cumplía, aunque con mucha fortuna, hay que decirlo.
Guaraní atacó muy poco, pero demostró que cuando se anima, puede hacer daño. En la primera combinación colectiva, la pelota pasó por Argañaraz, prosiguió en Barinaga y finalizó en Bruno, quien anticipó a su marcador y en franca carrera al arco rival se perfiló y sacó el zurdazo que controló en dos tiempos Rochia. Segundos más tarde, el juez se recibió de localista al ignorar una clara infracción de Barrionuevo sobre Barinaga dentro del área. Si no fue penal, correspondió mínimamente indirecto, por jugada peligrosa.
El cambio de actitud dio una nueva muestra con un cabezazo de Ramos que besó el travesaño. Guaraní no sólo se dio un frío lavado de cara, sino que empezó a mostrar esas credenciales que supo ganarse a lo largo del torneo.
A medida que transcurrían los minutos las piernas pasaron facturas y ambos se fueron encariñando con el empate, aunque la Franja se mostró más incisivo en los últimos minutos. Aunque el empate no se festejó, en Villa Sarita saben que el punto debe digerirse con una mueca de sonrisa.
Apostillas de la tarde tucumana
Guaraní, local
La dirigencia franjeada consiguió que haya público misionero en cancha de Central Norte después de que la policía tucumana manifestara que no podía asumir sus obligaciones; así, los dirigentes franjeados gestionaron directamente con el titular de San Jorge y hubo acuerdo feliz. El Gobierno de Misiones dio el visto bueno y cuatro colectivos repletos de simpatizantes misioneros coparon la tribuna visitante. Más de 200 simpatizantes intercambiaron cánticos, colores y pasiones con los hinchas de San Jorge, que no superaban las 400 personas.
Vertiginoso ascenso
San Jorge tiene escasa historia en el fútbol tucumano, pero logró un rápido ascenso a partir del año 2004, cuando su presidente, dueño de una línea de colectivos local, fundó el club. Ese año disputó y conquistó su primer torneo doméstico, lo que le dio el pasaporte al Torneo del Interior. Después de un par de intervenciones irregulares, llegó al Argentino B en la pasada temporada por invitación. No tiene cancha ni gente, pero ya quedó en la historia por haber llegado a una definición en el Argentino B.
Una racha que entusiasma
Con el empate de ayer, Guaraní acumula una racha de 10 partidos sin derrotas. La última caída fue en el inicio de la segunda fase, 2-0 con General Paz Juniors en Córdoba en el arranque del cuadrangular. Después de aquel traspié, la Franja empató con For Ever, goleó a San Martín e igualó con Paz Juniors, todos en Villa Sarita, mientras que cerró la fase regular con victorias frente a For Ever y San Martín, en ambos casos como visitante. Luego, en los playoffs, empató y derrotó a Colegiales afuera y adentro, igualó sus dos encuentros con Juventud Unida de Gualeguaychú (pasó por penales) y ayer volvió a sumar afuera de Misiones.
Sin lluvia, pero con agua
Ingresando a Tucumán, los cuatro micros de la Empresa Río Uruguay que trasladaron a la gente misionera fueron testigos de la particular bienvenida. Por la ruta de acceso, que antaño sirvió de pista al aeropuerto local, una interminable vía de cientos de lavaderos dejó por un segundo sus habituales tareas y direccionaron sus gruesas mangueras hacia los colectivos, bañando de punta a punta cada una de las unidades. Aunque en Tucumán no llovió, el agua dijo presente.
