Guaraní otra vez tomó las riendas de la zona 6 después de vencer 2-1 a San Martín. Barinaga y Argañaraz, las conquistas
Las cosas tenían que tener un buen desenlace. La mesa estaba servida para tomar otra vez las riendas del grupo y encaminarse hacia la clasificación a la próxima fase. Guaraní lo hizo, venció a San Martín 2-1 con algo de trabajo y se relame con un buen cierre en estos últimos cuatro partidos de la zona 6.
El triunfo 2-1 de anoche ante el equipo formoseño lo mantiene entero, algo que todos aguardan para esta parte del campeonato.
Nuevamente Barinaga se mostró inquieto, en otra muestra de que esa posición de media punta le sienta cómodo. Quien ayer vistió la diez desniveló y fue alternativa de pase en buena parte del primer tiempo. Pero también se hizo sentir en la red, como a los 10’ cuando capturó el balón cerca de la medialuna y le dio de izquierda para el 1-0.
Esa ventaja llevó al local a hacerse dueño del partido. Porque si bien San Martín buscó tener presencia con Maidana, la mesa estaba servida para que la Franja aumente cifras. Hubo algunos desacoples entre Salvatierra y Medrano (una dupla central nueva), sumado a una función diferente (como uno de los cinco) de Canita Martínez que llevaron a que el Santo progrese con Asatt y Cortti, los volantes externos. Sin embargo, si Guaraní ajustaba el último pase el segundo iba a caer.
Iban 35’ cuando Argañaraz combinó con Juárez y después de la devolución del Pájaro, el primero quedó con todo a disposición para facturar (la defensa rival achicó), algo que sucedió para el segundo tanto. Allí, el contexto se presentaba para que la orquesta empiece a agrandar su concierto, más allá de la entrega visitante, sustentado en el andar de sus carrileros.
De a poco, la obra en Villa Sarita tomó ribetes dramáticos. El local lo pudo aumentar por intermedio de Juárez y en la misma acción con Valdez. Fueron dos claras, como la que dispuso Barinaga, mano a mano, a los 12’ del complemente y terminó regalándosela al arquero. San Martín empezó a crecer, con sus medios Rojas y Benítez. Cortti ganó en confianza y las variantes oxigenaron la ofensiva. Fue Larroza el que tuvo el descuento abajo del arco a los 25’, luego de la asistencia de Cortti. Y diez minutos más tarde Mariano García, en buena posición.
Pero el Santo parecía destinado a quedarse zapatero, más allá de las licencias que le ofreció la Franja.
Con Argañaraz apagado, las chances de Guaraní se reducían a lo que podía presentar Barinaga. Hubo un zurdazo cruzado que se fue cerca, después una asistencia del propio Cristian para Andruzszsyn, quien definió de manera débil. Y sobre el final un centro-asistencia de Argañaraz que nadie alcanzó a empujar.
San Martín descontó aunque la noche en Villa Sarita estaba escrita, más allá de que el zurdazo de García dejó a todos helados. Claro, estaba Ponzio para decir que era la noche en que el grupo 6 volvía a tener la inscripción de Guaraní líder y más cerca del primer objetivo.